Hubo una vez un cavernícola llamado Nicolás Caver. Era como el Einstein de la Edad de Piedra, siempre se encerraba en su estudio a investigar todo tipo de cosas y luego iba y se las comunicaba a su pueblo.
Hasta que un día se hizo tan sabio que descubrió la clave de la vida y la felicidad y fué corriendo a contárselo a todo su pueblo. Les dijo a todos :
- ¡unga! ¡unga!, ¡ajk, ajk ojk !, a, i i tuki tuki, riki riki priki tuk!!!!!!! chaka, chaka chee!!
anasiuuu, kosayusa!! ¡¡¡¡¡ oink oink unga unga!!!!!! tuki tuki!! dubi dubi duba, dubi dubi duba!! ¡a chubi chuuuuuuuuu!
Y todos fueron felices para siempre.
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