Raspadas o de hoja, grandes o chiquitas, el siempre te aceptaba tortitas
Siempre las comía, de cena a la noche o de desayuno en el día
Tenía una perrita, llamada Tortita, y y la alimentó tanto, que le dio diabetes a la pobrecita
Santo Rtita era su santo y se quedaba afónico de rezarle tanto
Hasta que un día se murió de un infarto de tanto colesterol, y aquí acaba el cuento ¡LOL!
- "basado en hechos reles"
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